Compatriotas, ¡el mundo está cambiando y nosotros, los uruguayos, no podemos quedarnos atrás! Mientras en otros países están debatiendo si cuatro días de trabajo son suficientes para mantener la maquinaria productiva funcionando, yo, Juan Sovetskiy, vengo a traerles una verdad revolucionaria: ¡Cuatro días son más que suficientes! Y no solo para trabajar, sino para liberarnos del yugo de la rutina laboral y dedicarnos a lo que realmente importa: hacer absolutamente nada… o todo lo que siempre quisimos hacer pero nunca tuvimos tiempo.
En Alemania, según las últimas noticias recibidas, ya dieron el primer paso. Resulta que el 90% de sus trabajadores ahora duerme mejor, se estresa menos y hasta tiene más tiempo para practicar deportes como el bádminton o el montañismo en sandalias, que no sabían que les apasionaban hasta que les sobraron 38 minutos de sueño a la semana. ¡Eso es progreso!
Mi propuesta para el querido Uruguay no es solo reducir la semana laboral a cuatro días, ¡sino que hagamos uso de ese preciado tiempo libre con creatividad, visión y pasión! Pensemos en las posibilidades: una tarde extra para perfeccionar el arte del truco, entrenar para las Olimpiadas de Boleadoras Modernas o, para los más ambiciosos, fundar el Club Nacional de Alimentadores de Palomas.
Algunos escépticos dirán: “Pero Juan, ¿no se nos va a caer la economía?” A lo que yo respondo: ¿Qué mejor motor para la economía que una población bien descansada, inspirada y lista para… no hacer nada útil, pero hacerlo con ganas? ¡Eso sí que es progreso! Con más tiempo libre, las grandes ideas surgirán, como el campeonato nacional de quién arma mejor un sillón de madera brasilera sin instrucciones, o incluso podríamos instaurar el Día Nacional del Paté de Jamón con Mate, que sin duda nos pondría en el mapa mundial de la gastronomía surrealista.
Compatriotas, es hora de que Uruguay se sume a la ola mundial de la semana de cuatro días. No podemos permitir que otros países nos adelanten en la carrera por… hacer menos, pero hacerlo mejor. Porque, al final, ¿quién necesita más productividad cuando puedes dedicarte a descubrir cuántas veces puedes dar la vuelta a la Plaza Independencia en un monopatín sin marearte?
El futuro es claro, y yo, Juan Sovetskiy, estoy aquí para guiarlos hacia ese porvenir brillante donde el ocio se convierte en el verdadero motor del progreso. ¡Vamos hacia un Uruguay con más tiempo para perder el tiempo! ¡Voten por un país donde trabajar cuatro días sea suficiente para sentirnos productivos y los otros tres los usemos para inventar nuevas maneras de no hacer nada!