Heladera-Gate: El crimen perfecto que destruyó mi almuerzo
Lo admito, jamás pensé que sería víctima de un acto tan ruin, tan bajo, tan… imperdonable. Pero aquí estoy, escribiendo estas líneas mientras todavía siento el vacío emocional (y estomacal) que dejó el robo de mi almuerzo. Sí, señoras y señores, mi milanesa casera ha sido cruelmente sustraída de la heladera de la oficina. Lo…