Rejuvenecidos por dentro, ridículos por fuera: la tendencia de parecer bebés sin dejar de ser adultos

Hay una nueva moda recorriendo las redes sociales, y no, no es otro challenge de baile, congelamientos temporales ni una receta de cookies que cura la ansiedad. Es algo mucho más profundo…o superficial: convertirse en un bebé usando inteligencia artificial, pero con la misma ropa, actitud y desesperación existencial de adulto.

Sí, leíste bien. Bebés con trajes, con barba, con delineador. Bebés CEOs. Bebés influencers. Bebés con resaca. Como si Boss Baby (Un jefe en pañales) hubiese tenido un hijo con el algoritmo de alguna red social de moda. ¿El resultado?: una versión mini de nosotros mismos, idealizada, pero conservando toda la carga estética y emocional, y agregándole algún filtro para no perder la costumbre.

La «moda» parece estar diciendo que como sociedad nos urge y nos surge una necesidad colectiva, inconsciente y desesperada: la de volver a ser jóvenes sin soltar los vicios de la adultez.

¿Queremos ser niños otra vez? ¿O simplemente queremos evitar la responsabilidad de crecer, pero con una buena iluminación y filtros que nos disimulen las ojeras?

Freud estaría extasiado. Esta moda no es otra cosa que un picnic para el psicoanálisis. Cuanto material para incluir en las teorías de los complejos de Edipo y Electra. Porque al parecer, queremos ser deseables, pero también adorables. Ser infantiles, pero no tontos. Ser libres, pero con Wi-Fi. En el fondo, queremos que nos quieran sin tener que pagar impuestos.

Hay una creciente fascinación por la nostalgia artificial. Antes era mostrar cómo te verías de viejo; ahora es mostrar cómo creés que eras de niño…pero sin mocos, sin pan con manteca, sin galletitas María con dulce de leche, y sin trauma por haber perdido a tu muñeco preferido.

Y, claro, también está el síndrome del algoritmo-mamá/papá: nos premian por hacer lo que todos hacen, por pertenecer, por entrar en la coreografía global del sinsentido. Así que nos infantilizamos, pero a la carta, con inteligencia artificial como niñera.

La ironía es brutal: parecemos bebés, pero actuamos como adultos del montón. De esos que no saben pagar una cuenta sin escanear un QR, pero se ciegan con otros que dan consejos de vida en forma de reels de 15 segundos.

En el fondo, esta moda no habla de rejuvenecer. Habla de una sociedad que ya no sabe qué edad tiene. Somos adultos por fuera, adolescentes por dentro y ahora, gracias a la IA, bebés en avatares.

Así que si estás por hacerte un video con cara de bebé y cuerpo de adulto, pensá esto: ¿lo hacés porque te divierte o porque temés envejecer en un mundo que sólo valora lo que brilla, lo tierno, lo inútil….y lo efímero?

Volvimos a la infancia, pero sin ternura. Solo con ansiedad, datos móviles y el deseo de que alguien nos diga que todo va a estar bien. Aunque sea un filtro.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

EVERCLAN Hosting empresarial