8 de marzo: una pausa para reflexionar…pero solo por un día

Un Día para Celebrar la Igualdad, pero Sin Cambiar Nada Realmente

Es curioso cómo cada 8 de marzo, el calendario nos recuerda que las mujeres siguen luchando por lo mismo desde hace siglos. La lucha por la igualdad de género, la lucha por un lugar en la sociedad que no se limite a ser una pieza decorativa en los márgenes de la historia. Sin embargo, la jornada se convierte, en muchos casos, en un paréntesis cómodo, donde se celebra lo que aún está lejos de conseguirse y, en el mejor de los casos, se hacen discursos que suenan más a propaganda que a un compromiso real.

Porque, el 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer, pero ¿quién recuerda qué ocurre el 9 de marzo? Esos discursos que se repiten año tras año, las campañas publicitarias que piden un «me gusta» para visibilizar la igualdad, y los eventos ‘de concientización’ se disuelven rápidamente en la rutina diaria.
Las cifras hablan por sí solas: la brecha salarial entre hombres y mujeres sigue existiendo, pese a que, una vez al año, alguien se acuerda de ponerle un hashtag a la causa. Las mujeres siguen siendo las principales encargadas de las tareas domésticas, a pesar de que todos los discursos de igualdad hacen pensar que la cocina y la limpieza son cosas del pasado. Las mujeres siguen siendo las que, cuando llegan a puestos de liderazgo, tienen que demostrar mil veces más que sus homólogos masculinos para ser tomadas en serio. Y por supuesto, sigue existiendo una crítica constante a sus decisiones, ya sea por elegir ser madres, por decidir no serlo, por elegir su carrera o por simplemente existir sin tener que pedir permiso.

¿Y qué hace la sociedad para cambiar esto? Pues en realidad, muy poco. Hay muchas palabras bonitas, muchas entrevistas con ‘mujeres inspiradoras’, muchas palmaditas en la espalda y algunos días libres de trabajo (si tienes la suerte de tener empleo), pero la igualdad de género se queda como una promesa no cumplida, una utopía de la que todos hablan pero nadie se compromete realmente a cambiar.

Es en este punto donde el 8 de marzo se convierte en un fenómeno curioso: nos da una excusa para sentir que estamos haciendo algo sin hacer nada. Es el día en que los hombres publican mensajes sobre lo increíbles que son las mujeres, cuando el resto del año ni se acuerdan de qué significa el término «paridad». Es el día en que las empresas sacan campañas de ‘empoderamiento femenino’, pero sus políticas laborales siguen siendo las mismas. Y claro, es el día en que los políticos dan discursos sobre la igualdad, pero cuando llega el momento de votar leyes que verdaderamente representen esos principios, los intereses políticos se anteponen al bienestar de las mujeres.

Entonces, ¿de qué sirve este día? ¿Realmente cambia algo? La respuesta parece ser clara: no. Seamos sinceros, el resto del año, la vida de las mujeres sigue siendo la misma: un desgaste constante entre el trabajo y las expectativas sociales que las encasillan en roles predefinidos.

Y no se trata de restarle importancia al 8 de marzo. Es, sin duda, un día necesario para poner el foco sobre las injusticias que siguen existiendo. Pero lo que está en juego no es solo un día, ni siquiera una campaña. Lo que se necesita es un cambio de mentalidad permanente, una verdadera revolución social que cuestione las estructuras que perpetúan la desigualdad. Porque no basta con celebrar la igualdad, es necesario luchar por ella todos los días del año.

Es cierto que no podemos esperar que el mundo cambie de la noche a la mañana, pero lo que es innegable es que la pasividad, los discursos vacíos y las campañas de marketing no van a ser las que logren que el 8 de marzo deje de ser solo una fecha en el calendario para convertirse en un verdadero motor de cambio. La lucha por la igualdad de género debe ser una prioridad todos los días, no solo un recordatorio puntual en el calendario.

En Ironía Magna, seguimos esperando que un día, no solo celebremos la igualdad, sino que realmente la vivamos. Mientras tanto, el 8 de marzo seguirá siendo solo un día en el que nos acordamos de las mujeres… y en el que todos pretendemos que estamos haciendo algo al respecto.

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